¿Qué humanidad en la señal de tránsito!
La norma es clara: el tiempo necesario para estacionar (frente a un colegio). O sea, aquel que empleas en dar un beso de despedida y chao. Es decir, ese beso rápido y corto para hacer el ingreso momentos antes de sonar el timbre o campana del colegio.
¿Cumple su objetivo?
Podemos decir que cumple perfectamente su objetivo.
¿Qué tal si ampliamos este tipo de señaléticas en el siempre estresante y ajetreado tráfico urbano?
Somos LeGaltransito.
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